Cada vez que el Cine Español intenta colarse por la Cartelera entre la gran aborágine yankee, debe hacer verdaderas peripecias para conseguir un lugar entre las diez primeras películas.
Parte de la culpa de esa problemática incursión de "nuestro cine" en la Cartelera, la tenemos nosotros mismos: los españoles. Entiéndase el término en el buen sentido de la palabra como habitante y residente en España, para nada me refiero a definiciones político-lingüísticas.
Y es que como ya reza el dicho: "Nadie es profeta en su tierra". Pero, claro, la cosa tiene guasa cuando el "gran público" prefiere ver productos comerciales de usar a tirar, de procedencia en su mayoría americana, a películas que verdaderamente nos cuentan una historia y hasta nos pueden llegar al corazón.
No tenemos más que dar una oportunidad a ese "nuestro cine", para comprobar que hace ya muchos años cambió para bien.
Yo lo voy a volver a hacer este fin de semana. Y no se me ocurre mejor forma que yendo a ver Yo, también. Una película que ya viene avalada por los galardones a la mejor interpretación en el Festival de San Sebastián a sus dos protagonistas.
¿Te animas a verla Tú, también?
No hay comentarios:
Publicar un comentario