De Valencia a Namibia, pasando el falso testigo de la igualdad

La ciudad de Valencia fue punto de mira femenino plural el pasado fin de semana. Durante los días 27 y 28 de marzo se celebró el V Encuentro España-África: "Mujeres por un Mundo mejor". En él se declararon, debatieron, regalaron y parafrasearon diferentes puntos de vista en busca de un fin común: el respeto por los derechos de la mujer en todo el Mundo.

¿Se conseguirá este fin? O mejor, las personas implicadas y  desarrolladoras de estos encuentros ¿quieren verdaderamente conseguir este fin? Por desgracia, y ante lo visto y escuchado, mi respuesta es un escueto "permítanme que lo dude..."

Tras la finalización del V Encuentro se ha firmado la Declaración de Valencia 2010, todo un escrito compuesto por 10 buenas intenciones, que en el Mundo en el que seguimos viviendo, pueden quedarse peligrosamente sólo en eso: intenciones. No olvidemos que éste ha sido el número 5 de otros 4 encuentros que le precedieron, de los cuales se sustrajeron y declararon las mismas o análogas buenas intenciones.

No es pretensión de este artículo convertirse en agorero sobre el tema en cuestión. Considero al hipotétic@ lector más que sabio para discernir que mi postura es claramente defensora de todas esas buenas intenciones, y que se cumplan de verdad. Campañas sobre los derechos de la mujer y las niñas en el Mundo, existen muchas y muy buenas. Formato Espiralidoso ya se ha hecho eco sobre ellas en otras ocasiones. Pero en el caso que nos ocupa, a las pruebas me remito. Analizándolas, no se llega a mayor conclusión que la de comprobar que las cabezas de los líderes y las líderes pensantes, no se unen para compartir el conocimiento y cambiar este Mundo, sino para entrechocar cual rencorosos carneros, aún más si cabe, las ya evidentes diferencias físicas e ideológicas.

Para comenzar, se habla en la Declaración de Valencia de "apoyo al liderazgo político", mientras tanto en el V Encuentro hemos sido testigos de declaraciones de absoluta y opositora vertiente política como éstas:





¿Dónde se encuentra en estas declaraciones el "apoyo político"? Quizás esté en la fervorosa fidelidad, lógica por otra parte, entre la sra. Barberá y el sr. Camps. O más bien en los entresijos y avatares continuos y exacerbados que se suceden, cuando entra en juego el protocolo para formar parte de eventos que, únicamente, deberían plasmar un buen fin: la clara función social, que no política, señora mía, que no política. 

O tal vez el "apoyo" se encuentre entre las salidas por la tangente de la sra. Alborch y sus desviaciones a la pregunta, para alabar a su manera los logros de la ciudad, queriendo darnos a entender al final de su "speech" que ella no sabe por qué razón el sr. Camps no se encontraba en el Encuentro: "...pues no tengo ni idea... eso pregúnteselo a la alcaldesa... o al gabinete deeeee.... del propio presidente..." Claro está, hipotético lector, que el polític@ de turno siempre le tratará a Ud. de tont@, o perseguirá provocar en su persona una respuesta de posicionamiento, no le dé más vueltas.

Por otro lado, podemos ofrecer las pruebas que nos permite el uso de la moviola, gran invento audiovisual, con el que puedes visionar hasta el hastío cualquier secuencia grabada, para comprobar una y otra vez las continuas meteduras de extremidad inferior. Tal es el caso, que con ella podemos afirmar que no se puede hacer esto a vista de todos los presentes...



...si acto seguido pensabas decir esto otro:


La incongruencia existente ante el lenguaje corporal de la sra. Fernández de la Vega, primero, y la plasmación de su lenguaje verbal, después, presenta síntomas agudos de falta de igualdad. La cuestión radica, al final de la contienda, en que es necesario aúnar ideas e ideologías para cambiar este Mundo. Unificar pareceres y opiniones contrarias que, a pesar de su política apariencia, buscan un mismo objetivo: luchar por los derechos humanos. Toda una serie de derechos, que si ya es difícil hacer cumplir en el Mundo Desarrollado, (donde se disfruta de la Sociedad de la Información y la Comunicación Digital diaria), más arduo y complicado se presentará inculcarlos y ejemplificarlos en el Mundo Subdesarrollado, donde comunicarse y educarse sin más, de forma entendible, ya es todo un lujo.

Para ello, antes será completamente necesario lograr el entendimiento entre sexos políticos, para pasar después, adecuadamente, a las rutinas de protocolo, las cuales jamás deben empañar los logros por los objetivos humanos.  En esta tesitura, quedaría claro que la presencia y participación del sr. Rodríguez Zapatero, en la clausura del V Encuentro valenciano, y no la del sr. Camps, responde a manejado ardid político. Tengamos en cuenta que el V Encuentro por las mujeres tenía ya una clara y absoluta representación del Gobierno, según protocolo, en la figura de la Vicepresidenta 1ª, que para más inri, es mujer. Es decir, se rizó el rizo de la representación por partida doble, en condición de género y gobierno.

Si los líderes masculinos rivalizan de continuo por la paradoja para conseguir la razón absoluta, dificilmente veremos grandes acuerdos entre hombres y mujeres, y mucho menos, cambiaremos costumbres y tradiciones que vienen de antaño. Si esas mismas líderes femeninas, que presentan y reivindican movimientos libertarios por la mujer en el Mundo, no se entienden ni "tragan" entre ellas en su propio barrio, difícilmente conseguirán vender un ápice de igualdad en el otro continente. Tan culpables y ciegos son los procesos de la civilización social, el Matriarcado como el Patriarcado, con sus sentidos e incongruencias, que unidos de la mano unas veces, y separados a patadas otras tantas, pretenden conseguir un supuesto bien social, contaminado de tabúes y menosprecios sexistas.

Todo ello se plantea en una tarea que ya de por sí parece imposible, conociendo el egoísmo implícito de la condición humana. Si a ella le agravamos la disparidad política reinante, la diversidad ideológica, y los protocolos y altanerías que priman sobre la realidad social, se pasa año tras año un falso testigo de encuentros que no llegan a cuajar. Porque si verdaderamente se quisiera, bastarían sólo dos.
Y es que la Declaración de Valencia 2010 dice en su punto número 10: "Nos comprometemos a reunirnos de nuevo, en el VI ENCUENTRO que se celebrará el año próximo en Namibia."
Falso testigo, pues, de igualdad que no llega, con las condiciones arriba expuestas, a ningún buen puerto, sino que simplemente, es excusa para llenar las agendas de los líderes políticos de uno y otro bando, de uno y otro continente. Así, demuestran cada año "cuánto se preocupan" por los problemas del pueblo. Por los problemas de las clases inferiores, las cuales jamás gozarán de su reivindicada igualdad. Porque, claro está, ni sus propios líderes quieren aprender a disfrutar de esa igualdad tan bien publicitada por ellos mismos. Naturalmente, no les conviene.

Por lo menos, siempre nos quedará el cine y sus géneros documentales, para poder ver a través de la ficción, reivindicativos retazos de realidad en un mundo disconforme. Tal vez sí exista una luz al otro lado del tunel, aunque sólo sea la del reflejo del proyector...



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2 comentarios:

Arwen dijo...

Dicen que alguien no se tomó a bien el no ser invitado...xDD

Saludos.

ooOJotaEmeOoo dijo...

Ya ves. Se antepone la parafernalia del "protocolo político", a las verdaderas "necesidades sociales" que motivan estos Encuentros. Como si los aludidos no fueron lo suficientemente mayorcitos y responsables para poder acudir, cuando se les antoje, a un evento de tales características, sin necesidad de tanto protocolo e invitación. El problema radica siempre en lo mismo: intereses creados tanto en un bando como en otro. Tanto en un sexo, como en el otro.