Qué haces tú para que Internet sea "siempre" segura

Pulsar para ir a la web internetsegura.com en ventana nueva 9 de febrero de 2010: Día Internacional de Internet Segura. Ahí está una vez más la acuñación recordatoria para que prestemos atención a un tema de interés general, por lo menos, un sólo día.

¿Por qué? ¿No te das cuenta? ¿Necesitas verlo más grande? ¿Acaso necesitas volver a leerlo? Venga, lee:
DÍA INTERNACIONAL DE INTERNET SEGURA

Un día recordatorio que no debería existir. Por la sencilla razón de que Internet debería ser SIEMPRE segura. La cuestión es por qué no lo es: por la falta de constancia en los hábitos comunes y la responsabilidad cívica digital. Premisas de las que debería existir un día recordatorio, pero uno tras otro, ya que, parece ser, hasta los que se regodean de ser "fieras cibernéticas" en el uso y manejo de la Red de Redes, caen en la despreocupación constante por mantener una Internet diariamente segura.

Y es que el Día Internacional de la Internet Segura es un evento con el objetivo de promover en todo el Mundo un uso responsable y seguro de las Nuevas Tecnologías y todo lo que éstas conllevan. Ya que éstas no están libres de beneficios y de perjuicios. Como en la vida cotidiana, el progreso conlleva limitaciones responsables, tanto para bien como para mal.
Un evento promovido por la Comisión Europea y organizado por INSAFE, la Red Europea por una Internet Segura, y en España por la Asociación PROTEGELES como centro de sensibilización español.

Pero su labor de nada sirve si nosotros, los usuarios comunes y diarios de Internet, las Nuevas Tecnologías y las herramientas contemporáneas de Comunicación, no colaboramos con nuestra responsabilidad constante. Y cuando digo nosotros, me refiero absolutamente a todos los usuarios e integrantes de la Red de Redes. Desde el usuario "de a pie", que no utiliza Internet más que para su correo y dirección de e-mail, hasta el verdadero experto, especialista y gurú del gran invento de la Era Moderna.     

Datos personales, direcciones de correo, fotografías, vídeos, presentaciones, bromas, burlas, ironías, sarcasmos, bulos, menores denigrados, falta de educación, respeto, civismo, blogosfera, globalización digital, derecho a la intimidad, tráfico, fraude, delincuencia, tristeza, infelicidad, caos...

Todo un párrafo anterior compuesto de palabras, términos y conceptos que por sí solos forman parte de nuestras vida en la Sociedad "analógica", pero que son arma de doble filo emponzoñado en la Sociedad "digital". Una simple unión de dos de esos términos digitales es suficiente para destruir la vida de una persona. De dos. De trescientas cuarenta. De un millón doscientas mil...
En tus manos está cambiar todo eso. "Navega" con precaución, como lo harías capitaneando un velero en alta mar. La disciplina náutica tiene sus normas, respétalas. De esa forma, no naufragarás en el intento y, lo más importante, no arrastrarás a nadie contigo en tu naufragio. Utiliza tus datos personales y los de tus contactos como los utilizas en tu vida diaria: con respeto y cautela. La propia palabra lo dice: "personales". Tuyos para toda la vida en exclusividad, y de nadie más



Y, sobretodo, no olvides una cosa primordial: nadie nace enseñado. Los menores no tienen ninguna culpa. No los hagas partícipes de tu falta de responsabilidad. Aplícate y enseña al que no sabe, pero hazlo cada día. No te limites a querer "dar la nota" un único día al año que, a diferencia del dicho, el no hacerlo "sí que puede hacer mucho daño". Comparte aquello que te han enseñado, algo que se viene haciendo desde los albores básicos de la civilización. Protégeles y Comunícales que toda disciplina necesita de unas normas, de unas herramientas, de unos hábitos y buenas costumbres, que hacen de la Sociedad en la que vivimos, un mundo ideal de convivencia.

Tanto en la vida "analógica" como en la "digital". Porque ya sabes que entre lo real y lo virtual no existe más que una delgada línea roja, que se traspasa fácilmente a través del espejo. En definitiva, se trata del mismo lugar, con sus males y con sus bienes, reflejado por nosotros mismos.
Pero ¡ojo! No por el afán de compartir, no por querer ser caritativo, te vayas a olvidar de ti. Para ser responsable en el correcto uso de Internet, la caridad empieza por uno mismo.



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