Por desgracia, nuestra vida cotidiana no suele terminar casi nunca con el famoso 'happy end' de las películas. Ese "final feliz" al que el celuloide nos ha tenido tan acostumbrados a lo largo de la historia del Cine. Ese final que siempre ha sabido dejarnos con un agradable sabor de boca nada más salir de la sala de cine.
Una de las particularidades más interesantes hacia el espectador de las que hace gala el Cine, es precisamente la de la identificación con los personajes que estamos viendo en la pantalla. La propia historia que se cuenta, interpela al espectador para que se involucre en el proceso de la narración. Que éste sea partícipe del relato visionado.
Sin embargo, somos conscientes de que existe un artificio entre nuestra verdadera realidad sentados en la butaca y la "realidad" representada en la pantalla especular cinematográfica. Toda una obra de esa "jugarreta" que nos gasta la persistencia retiniana. Aunque, sin duda alguna, en más de una ocasión habremos soñado de niños con la ilusión de meternos "literalmente" en la pantalla. De "convivir" con nuestros héroes y personajes favoritos, formando parte de esa historia contada a través de la imaginación.
Pero ¿qué ocurriría si fuese posible hacer realidad esa ilusión para salvar una vida? Por lo menos, el atrevimiento imaginario quedaría completamente justificado. No importa el idioma cuando las imágenes, los actos, las causas y sus efectos, hablan por sí solos en esta historia reflejada en la Gran Pantalla. Aunque, no está de más avisarte, deberás tener mucho cuidado con las palomitas mientras la ves...
No hay nada como hacer uso de publicidad tan integradora como ésta para llegar completamente al espectador/usuario/ser humano. Jugando con la magia del Cine, la representación teatral de una supuesta espectadora de la sala, y el traspaso de la realidad, los creativos de 'BBH London' consiguieron sorprender "al respetable". Los asistentes a la proyección de una película cualquiera en una sala de cine cualquiera, "vivieron in situ" un mensaje publicitario de repercusión humanitaria social y de salud pública.
Se trata de una campaña que fusiona las realidades cotidianas, donde el audiovisual sirve de punta de lanza para comunicar bajo la representación teatral en la sala. El spot finaliza con un rótulo reflejado en la pantalla: "St John Ambulance. The Difference". Invita al espectador a recibir una guía gratuita de primeros auxilios, la cual puede solicitarse en su propia página web. Después, le sigue el aplauso real del público asistente. La "actriz salvadora" vuelve a nuestra realidad, para sentarse de nuevo en su butaca. Algo verdaderamente diferente.
Con todo ello, la compañía londinense 'St John Ambulance', dedicada a la enseñanza de Primeros Auxilios, ha conseguido publicitarse destacando. Ha conseguido ser diferente a través del artificio. Logra, así, comunicar y concienciar a la sociedad de que es completamente necesario "educarse" mínimamente en la práctica de los Primeros Auxilios. En la práctica de los 'First Aid', ya que ellos pueden marcar la verdadera y real diferencia entre la vida y la muerte en cuestión de segundos.
Peliculas como "La rosa púrpura de El Cairo" - 'The Purple Rose of Cairo', (1985) o "El último gran héroe" - 'Last Action Hero', (1993) "jugaron" con nosotros para ayudarnos a ver las cosas desde dentro de la pantalla. En ellas, sus protagonistas se metían en la historia de una película, que a su vez ellos veían en una sala de cine. La cuestión es que ambas son claros ejemplos de "rizar el rizo" en el traspaso de la realidad. En "La rosa..." su director Woody Allen hacía salir de la pantalla al protagonista de la película que veía "nuestra protagonista" del relato. Mientras que en "El último..." John McTiernan nos contaba cómo "nuestro protagonista" se mete en la vida, en la película, que está viendo de su actor favorito.
Lo mejor de todo, lo más rocambolesco en este juego de la realidad, es que el personaje fílmico se cree real y no entiende que sea verdaderamente un héroe de ficción. Se trata de la representación de la literalidad absoluta del Cine dentro del Cine, donde el artificio de la realidad fílmica se contrapone y fusiona con el de la realidad visionada.
Ahora, una sencilla pero trabajada campaña publicitaria londinense, vuelve a jugar con el espectador en ese enfrentamiento de la realidad.
Aunque, sin duda, la afrenta por enseñar a salvar vidas ha valido la pena.
¡Larga vida al spot!
Y, como dirían por Londres, And God save the Queen!
Una de las particularidades más interesantes hacia el espectador de las que hace gala el Cine, es precisamente la de la identificación con los personajes que estamos viendo en la pantalla. La propia historia que se cuenta, interpela al espectador para que se involucre en el proceso de la narración. Que éste sea partícipe del relato visionado.
Sin embargo, somos conscientes de que existe un artificio entre nuestra verdadera realidad sentados en la butaca y la "realidad" representada en la pantalla especular cinematográfica. Toda una obra de esa "jugarreta" que nos gasta la persistencia retiniana. Aunque, sin duda alguna, en más de una ocasión habremos soñado de niños con la ilusión de meternos "literalmente" en la pantalla. De "convivir" con nuestros héroes y personajes favoritos, formando parte de esa historia contada a través de la imaginación.
Pero ¿qué ocurriría si fuese posible hacer realidad esa ilusión para salvar una vida? Por lo menos, el atrevimiento imaginario quedaría completamente justificado. No importa el idioma cuando las imágenes, los actos, las causas y sus efectos, hablan por sí solos en esta historia reflejada en la Gran Pantalla. Aunque, no está de más avisarte, deberás tener mucho cuidado con las palomitas mientras la ves...
No hay nada como hacer uso de publicidad tan integradora como ésta para llegar completamente al espectador/usuario/ser humano. Jugando con la magia del Cine, la representación teatral de una supuesta espectadora de la sala, y el traspaso de la realidad, los creativos de 'BBH London' consiguieron sorprender "al respetable". Los asistentes a la proyección de una película cualquiera en una sala de cine cualquiera, "vivieron in situ" un mensaje publicitario de repercusión humanitaria social y de salud pública.
Se trata de una campaña que fusiona las realidades cotidianas, donde el audiovisual sirve de punta de lanza para comunicar bajo la representación teatral en la sala. El spot finaliza con un rótulo reflejado en la pantalla: "St John Ambulance. The Difference". Invita al espectador a recibir una guía gratuita de primeros auxilios, la cual puede solicitarse en su propia página web. Después, le sigue el aplauso real del público asistente. La "actriz salvadora" vuelve a nuestra realidad, para sentarse de nuevo en su butaca. Algo verdaderamente diferente.
Con todo ello, la compañía londinense 'St John Ambulance', dedicada a la enseñanza de Primeros Auxilios, ha conseguido publicitarse destacando. Ha conseguido ser diferente a través del artificio. Logra, así, comunicar y concienciar a la sociedad de que es completamente necesario "educarse" mínimamente en la práctica de los Primeros Auxilios. En la práctica de los 'First Aid', ya que ellos pueden marcar la verdadera y real diferencia entre la vida y la muerte en cuestión de segundos.
Peliculas como "La rosa púrpura de El Cairo" - 'The Purple Rose of Cairo', (1985) o "El último gran héroe" - 'Last Action Hero', (1993) "jugaron" con nosotros para ayudarnos a ver las cosas desde dentro de la pantalla. En ellas, sus protagonistas se metían en la historia de una película, que a su vez ellos veían en una sala de cine. La cuestión es que ambas son claros ejemplos de "rizar el rizo" en el traspaso de la realidad. En "La rosa..." su director Woody Allen hacía salir de la pantalla al protagonista de la película que veía "nuestra protagonista" del relato. Mientras que en "El último..." John McTiernan nos contaba cómo "nuestro protagonista" se mete en la vida, en la película, que está viendo de su actor favorito.
Lo mejor de todo, lo más rocambolesco en este juego de la realidad, es que el personaje fílmico se cree real y no entiende que sea verdaderamente un héroe de ficción. Se trata de la representación de la literalidad absoluta del Cine dentro del Cine, donde el artificio de la realidad fílmica se contrapone y fusiona con el de la realidad visionada.
Ahora, una sencilla pero trabajada campaña publicitaria londinense, vuelve a jugar con el espectador en ese enfrentamiento de la realidad.
Aunque, sin duda, la afrenta por enseñar a salvar vidas ha valido la pena.
¡Larga vida al spot!
Y, como dirían por Londres, And God save the Queen!
6 comentarios:
¡Vaya! Ö Realmente los espectadores de la sala debieron de quedar muy impresionados. También hace pensar un poco porque, realmente, no están "vendiendo" algo en el sentido de ofrecer un producto o servicio a cambio de dinero: están haciendo recapacitar al espectador sobre la importancia de conocer y saber aplicar unos primeros auxilios y ofreciendo una guía educativa gratuita. Impresiona que tengamos que recibir un impacto así para darnos cuenta de algunas cosas... Magnífica entrada.
Besos.
Es cierto, Olvido. A veces tienen que hacernos revolver de nuestras butacas :) para conseguir que nos levantemos, y darnos cuenta de la importancia de ciertas cosas en nuestra realidad.
1 beso :)
Realmente impresionante este tipo de campaña, lo mejor de todo, que no es con fines de lucro, si no todo lo contrario, yo como espectador ("en vivo") si me hubiera quedado con la boca abierta al ver esta trama muy bien montada....!!!
Buena entrada...!!!
Sí, Kangae. Una de las grandes bazas con las que debe saber jugar la publicidad es la de sorprender siempre al espectador. Y esta campaña no sólo lo logró, sino que lo consiguió "en vivo y en directo".
¡Gracias por tu comentario!
felicitaciones por tu trabajo en este blog... muy bueno
Se agradece tu comentario, Sabalza. Siempre es grato saber que se comparten opiniones desde cualquier punto de la Blogosfera.
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